Mientras Madrid dormía, la nieve a la luz de las farolas, la vestía de blanco.
Esta vez Intentare hacerles conocer un poco de Madrid, un Madrid escarchado con nieve; una postal poco conocida pero atractiva de esta ciudad.
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Dejo al Oso y El madroño acosado por los visitantes para retratarse junto a Él, y camino unas calles en busca de Plaza Oriente y el Palacio Real, olvidándome del frio y de mis zapatos, que no son los adecuados, para estos paseos.
Por el lugar que ingreso a Plaza Oriente, tengo al Palacio Real de fondo, asomando entre los amplios jardines (hoy blancos).
El palacio Real de Madrid está catalogado dentro del estilo barroco y ocupa un área de 135.000 metros cuadrados y más de 3.418 habitaciones, extensión que le permite ser el palacio real más grande de Europa Occidental; además se puede jactar de no ser una recreación o una reconstrucción, pues sus elementos son originarios y en él se conserva un gran patrimonio histórico y artístico. En la actualidad es la residencia oficial de los Reyes de España.
Vuelvo a tomar el Metro, esta vez en dirección a Plaza de España. Mientras voy atento a las paradas – no vaya a ser que me pase- voy escuchando como los idiomas se entretejen en murmullos indescifrables que intento identificar: francés, italiano, inglés, español, rumano, etc. Si la torre de babel existió debió ser como estar en el vagón de un Metro.
Plaza de España es un lugar ajardinado; yo diría que ideal para el descanso; escoltada por edificios emblemáticos como La Torre de Madrid y el Edificio España y en cuyo centro se encuentra un conjunto escultórico dedicada a Miguel de Cervantes, en la que no podía faltar Don quijote y su incondicional Sancho Panza; siempre posando para los turistas, que esperan pacientes su turno.
En esta plaza me entero que estoy cerca del Templo de Debod, así que me informo de cómo llegar y minutos después surge ante mis ojos el templo de adoración al dios Amón; regalo de Egipto a España en agradecimiento a la ayuda española para salvar los templos de la región de Nubia - valle del Rio Nilo, debido a la construcción de la presa de Asuán. Otros tres templos fueron donados a naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos, Ellesiya a Italia y Taffa a Holanda.
Aquí Termina el pequeño recorrido, por un Madrid bajo la nieve (2010). Una experiencia divertida en la que el frio – soportable- queda en un segundo plano.