martes, 5 de agosto de 2008

EL POLICIA INVISIBLE

No se si titular a esta columna: “El policía invisible” o “El síndrome de la avestruz” no se cual de los dos titulares les sea menos ofensivo (a ellos lógicamente). No se siquiera, si ellos leerán esta columna y peor aun, no se si este escrito, algún día será publicado.
Parecerá fantasioso el relato, pero es real; tan real como ver a un chofer de combi, colocar unas monedas bajo su licencia de conducir, para evitar una papeleta.
Todos los que fuimos testigos de este tipo de coimas (o por lo menos casi todos), miramos hacia un costado y uno que otro habrá dicho, “policías hambrientos” “sinvergüenzas”, etc., etc. Del chofer, del chofer no se dice nada, es mas, se le apaña la forma tan animal de conducir, como pasarse una luz roja, estacionarse sobre un crucero peatonal, recoger pasajeros donde les de la gana, Etc. Pero lo que siempre he visto que nunca se les apaña (como ya habrá adivinado), es no parar donde el pasajero quiere bajar. Los insultos no se harán esperar y van, desde un simple “chofer tenias que ser” hasta la recordación de su madre.
Mucho antes de que este caos se origine ¿será verdad? Seres humanos bien intencionados, decidieron vestir de uniforme a centenares de personas. Luego de una intensa preparación, los pusieron en las calles a controlar el transito.
Al principio se les respetaba y hasta se les admiraba, luego empezaron a ser temidos y poco después a ser “coimeados” y como es lógico, unos años después la COIMA tomo el control de las calles, y el caos se hizo.
Hoy los policías de transito, ante tanto conductor salvaje de taxis, combis, micros y también de vehículos particulares (hay que ver como están conduciendo estos últimos. Al parecer también se están uniendo al club de los chóferes de combi) han decidido hacerse invisibles; pero solo escondiendo la cabeza.
Están allí, pero nadie los nota, y tampoco hacen nada por hacerse notar. Es triste verlos en esa situación. Tan ignorados. ¡No quisiera estar en sus pellejos!
Son autoridades, pero nadie los respeta y menos el sujeto mofletudo, que conduce su flamante cuatro por cuatro al dar una vuelta en “U” en pleno cruce de las Av. América y Húsares. El uniformado, solo se limita a desviar su mirada hacia un costado. Lo único que le falta, es ponerse a silbar al mas puro estilo de comedia animada. No tiene ánimos, ni para poner una papeleta, al taxista, que esta a su lado y que conchudamente se ha estacionado sobre el crucero peatonal de la avenida América.
Miro por un momento al policía y este a comenzado a charlar por su celular. No se si de verdad este conversando con alguien o si solo esta haciendo la “finta” para justificar el no haber visto tanto atropello a los reglamentos de transito. Por ultimo, creo que más les interesa protegerse del sol, pues busca sombra, bajo los arboles que hay en la avenida.
La moto del efectivo policial, queda de vigía… El taxi se aleja, tan luego el semáforo de la avenida Húsares, cambia a luz ámbar; el de la Av. América aun no cambia a verde.