martes, 18 de enero de 2011

MADRID DE BLANCO



Mientras Madrid dormía, la nieve a la luz de las farolas, la vestía de blanco.

Esta vez Intentare hacerles conocer un poco de Madrid, un Madrid escarchado con nieve; una postal poco conocida pero atractiva de esta ciudad.
Me interno en al túnel del Metro (tren) y tomo la línea que me llevará hasta Puerta del Sol, el bullicioso y neurálgico centro de Madrid; desde este lugar se dice parten todas las carreteras de España. Alrededor de esta Plaza existen, numerosos comercios y lugares de interés como la clásica Plaza Mayor y Gran Vía, la calle del Shopping por excelencia; por tomar dos extremos. Pero lo que me ha traído hasta aquí, son las ganas de retratar a uno de los iconos  más representativos y queridos de Madrid: El Oso y El Madroño, una entrañable estatua de la segunda mitad del siglo XX, que representa las armas heráldicas de la ciudad y a la que coges cariño sin saber porqué.

Dejo al Oso y El madroño acosado por los visitantes para retratarse junto a Él, y camino unas calles en busca de Plaza Oriente y el Palacio Real, olvidándome del frio y de mis zapatos, que no son los adecuados, para estos paseos.
Por el lugar que ingreso a Plaza Oriente, tengo al Palacio Real de fondo, asomando entre los amplios jardines (hoy blancos).

El palacio Real de Madrid está catalogado dentro del estilo barroco y ocupa un área de 135.000 metros cuadrados y más de 3.418 habitaciones, extensión que le permite ser  el palacio real más grande de Europa Occidental; además se puede jactar de no ser una recreación o una reconstrucción, pues sus elementos son originarios y en él se conserva un gran patrimonio histórico y artístico. En la actualidad es la residencia oficial de los Reyes de España.

Vuelvo a tomar el Metro, esta vez en dirección a Plaza de España. Mientras voy atento a las paradas – no vaya a ser que me pase- voy escuchando como los idiomas se entretejen en murmullos indescifrables que intento identificar: francés,  italiano,  inglés, español, rumano, etc. Si la torre de babel existió debió ser como estar en el vagón de un Metro.

Plaza de España es un lugar ajardinado; yo diría que ideal para el descanso; escoltada por edificios emblemáticos como La Torre de Madrid y el Edificio España y en cuyo  centro se encuentra un conjunto escultórico dedicada a Miguel de Cervantes, en la que no podía faltar Don quijote y su incondicional Sancho Panza; siempre posando para los turistas, que esperan pacientes  su turno.  
En esta plaza me entero que estoy cerca del Templo de Debod, así que me informo de cómo llegar y minutos después surge ante mis ojos el templo de adoración al dios Amón; regalo de Egipto a España en agradecimiento a la ayuda española para salvar los templos de la región de Nubia - valle del Rio Nilo, debido a la construcción de la presa de Asuán. Otros tres templos fueron donados a naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos, Ellesiya a Italia y Taffa a Holanda.

Aquí  Termina el pequeño recorrido, por un Madrid bajo la nieve (2010). Una experiencia divertida en la que el frio – soportable- queda en un segundo plano.