viernes, 28 de marzo de 2008

ENTRE TIAS Y CALABAZAS

JULIO / JUEVES 26
Son las nueve de la mañana y acabo de llegar a la oficina; - no se para que, no hay nada que hacer- conecto la computadora, el teléfono suena, dejo que timbre dos veces y respondo; es la voz de Coca, la noto medio angustiada.
Pregunta si averigüe lo que me encargo. Trago saliva, no se como darle esa noticia, quiero esconder esa información hasta tener una tercera opinión. Ella desespera por mi silencio y pregunta si me pasa algo, le digo que no, pero que si tengo la información y le suelto la bomba. La angustia no me deja mentir.
Le explico el por que y asumo mi culpa, se quiebra y ahora es ella la que hace silencio. Quiero que me trague la tierra. ¡No se que decirle! Coca sale de su silencio y lo primero que me dice es: Irresponsable, si no tenías plata, por que no me lo dijiste… Niego esa verdad y entupidamente le digo que llegue tarde al banco. No me atrevo a decirle que el dinero escasea y que estuve tentado de pedirle ayuda; pero que cada vez que hablaba con ella siempre la encontraba deprimida, triste o molesta, en esas condiciones no podía ponerle mas peso a su carga.
Coca sigue hablando, esta totalmente decepcionada, cada palabra que sale de su boca es un reproche. Es el tono más que la forma. Finalmente, me aferro a la última esperanza que me queda y le explico que en ese momento me disponía ir al banco para despejar todas mis dudas con alguien más competente.- Espero encontrar una o uno - También le comento que en la pagina web del banco la sanción que nos han impuesto no existe, se que no me cree, pero me dice que lo averigüe y que le llame tan pronto tenga toda la información y se despide.

JULIO / LUNES 23
Soy culpable… Tres días antes. Dos de la tarde en el banco, estoy frente a una calabaza con pinta de intelectual y me informa que la deuda pasa los 5,500. Como siempre están distraídas y peor aun no hay personal I D O N E O que pueda apoyarla con datos puntuales y solo le pregunta al imbécil que se le acerca - debe ser su superior - y el corrobora lo dicho por ella, salgo feliz y hago feliz a Coca; pero le digo que falta averiguar otros datos.
Al día siguiente, voy a la oficina central del banco; la que me atiende esta mejor, tiene un poco mas de información y con aires de sabihonda, me deja helado con lo que me dice.
- Usted tiene dos deudas señor. Le digo que no, que yo tengo solo una.
Me mira intrigada, coge el teléfono y pide ayuda. Espero en silencio, pero atento a sus movimientos.
Cuelga, me mira segura de lo que me va decir (taradas de mierdas. Incluyo a su asesora) y me dice que la otra deuda es por haberme retrasado un día en el pago de la cuota. Me retiro con al animo en los zapatos, tratando de pensar en una solución, llego a la oficina, chequeo la pagina web del banco y me da una esperanza; pero prefiero no creer nada. Por la noche no puedo dormir, solo doy vueltas esperando el amanecer, tan lejano, como que el banco me perdone ese día de retraso.
Amanece, voy a la oficina, conecto la computadora, suena el teléfono, dejo que timbre dos veces. Es Coca.

JULIO / JUEVES 26
Esta vez voy al mismo lugar donde obtuve la deuda, allí solo hay una dama, esta me cae mal a primera impresión, la tía es un pulpo, mientras me escucha o finge escucharme, habla por teléfono, firma papeles se levanta, escanea, imprime, …
¡Me esta sacando de quicio!… por fin se dirige a mi y me llama por otro nombre, le digo que ese no es mi nombre; se apresta a refutarme pero entiende que se ha equivocado…
¡Vieja de mierda, claro que te has equivocado, ese no soy yo!. Quiero gritarle.
Verifica los datos en su monitor, lee mi nombre y procede a explicar el por que de las dos deudas.
¡Por fin me libero de mi pecado!
Ahora se que el aumento de la deuda, solo se debe a una penalidad por pago de deuda adelantada; así que el bono del buen pagador lo perderemos. No se si este retorne al estado o si el banco se queda con el; pero ya no tengo ganas de decirle que tiene un culo muy pequeño para su tamaño.

Le consulto sobre el levantamiento de hipoteca y me dice que eso no sabe; pero me da un numero de teléfono al que debo llamar, así que llamo, la que me atiende además de ser tarada es haragana le explico lo que necesito saber y me dice que solo me puede dar el monto total mas no otros datos… reviento y grito, le digo que en ese banco solo hay gente INCOMPETENTE, me responde con aplomo, preguntándome como la he tildado y como es lógico, vuelvo a recordarle su nombre, es decir I M C O M P E T E N T E. Se desinfla, pero no pierde la compostura y segundos después, es una gata mimosa.

jueves, 13 de marzo de 2008

Viejo Burro, Cansado

Tomar un microbús a la volada, en cualquiera de las rutas urbanas, es rutinario. Es parte de la vida, de aquellos que no tenemos un vehiculo y resignados, la mayoría o a regañadientes, algunos, terminamos usando este destartalado servicio.
Casi se diría que el usuario ha perdido hasta la capacidad de reclamar. Actitud necesaria para hacer valer nuestros derechos. Casi nadie se asombra de las maniobras suicidas de los conductores por ganarse un pasajero, de las frenadas bruscas que terminan por estrellarte con la parte posterior de los asientos, de las groserías y bravuconeadas de los cobradores y chóferes, unidos para intimidar, sin respetar edad, sexo o estado del que reclama. Pare ellos, todos son iguales a ELLOS, es decir ANIMALES, Y bajo ese concepto, actúan libres de toda conciencia, impulsados solo por el instinto.
Ganarse un pasajero sin importar atropellar, chocar o burlar una señal de transito es uno de de sus objetivos y en eso perseveran hasta cumplirlo.
Hasta aquí, nada es sorprendente, para todos aquellos que a diario, hacemos uso de este desagradable servicio. Hasta dirán que de vez en cuando han visto a un chofer de combi conducir con una mano mientras con la otra abraza a una fémina… ja ja ja ja sintiéndose lo máximo, mientras ella va recabando lo cobrado.
Pero usted se imagina, tomar un microbús ¡ojo! digo microbús, no combi, con dirección a Huanchaco, (tampoco es que se espere un viaje placentero) y después de haber pasado, por todas las torturas antes mencionadas y de haber escuchado gritar al cobrador su ruta, hasta romperte los nervios, se detenga en un grifo a surtir de combustible la unidad (eso tampoco es novedad) pero que tenga, la boca del tanque de combustible dentro del bus y cerca de tus zapatos ¡Es una conchudes total!
Luego de unos minutos continuamos el recorrido, como es “lógico” (para ellos) a mayor velocidad por los minutos que perdió. La carrocería por ratos parece que se desprenderá, así que medio paranoico, voy evaluando los crujidos y preparando mi posible ruta de escape.
Olvidaba mencionar a las dos “amiguitas” que iban de acompañantes del chofer y el cobrador. Todo el tramo una de ellas se mantuvo recostada cerca al chofer, al mas puro estilo caricaturesco de vaca sexi, la misma, que al sentir el aroma de los picarones al llegar a la altura del nuevo mirador turístico, no dudo en pedir dinero (sin roche y en voz alta) para saciar su inmenso apetito. Solícito, el chofer detuvo el vehiculo, “cajonio” los pasajes, y ellas bajaron riendo. Los dos “giles” hicieron silencio ante las miradas burlonas de los pasajeros y se dispusieron a esperarlas, paso un minuto, dos…. tres…. y colmo la paciencia. ¡Hey!….!chofer!, hasta que hora vamos a esperar. Medios matoncitos regresaron a mirar, creo que esperaban intimidarnos, pero esta vez, todos se unieron al reclamo, así que, como un viejo burro cansado, el chofer agacho la cabeza, maniobro la inmensa palanca de cambios y muy lentamente puso el bus en movimiento, como esperando que su “conquista” apareciera, siempre atento al espejo retrovisor y probablemente recordando a nuestras guerreras y bellas madres. !Contra! Por la dudas.